
El celuloide, es el material en que se fabricaron las plumas en la época dorada de las estilográficas. Hasta el momento de su aparición, las plumas se fabricaban únicamente en caucho endurecido o ebonita, razón por la cual eran de color negro y para alegrarlas, se decoraban con grabados o se recubrían con laminados de plata, oro o metales chapados. El descubrimiento y procesado del celuloide, aunque pasarían más de 50 años antes de su uso en el tema que nos interesa, abrió un mundo nuevo a la elaboración de plumas estilográficas, ya que aparte de la gran variedad de
bellísimos colores se añadía la transparencia, resistencia a la humedad y a la rotura.
Sheaffer en 1924 fue la primera marca en incorporarlo a sus modelos.
En el año 1868 y debido a la enorme escasez de marfil que había en esos momentos, una empresa de N.
York dedicada a la fabricación de bolas de billar, decide ofrecer la cantidad de 10.000 dólares a quién presentase un material lo suficientemente bueno como para poder usarlo como sustituto, cosa que no era nada fácil.
John Wesley Hyatt (1837-1920) inventor norteamericano, ganó el premio al presentar un producto que bautizó con el nombre de
Celluloid (celuloide) que patentó el 12 de Julio de 1.870, y cuyo primer uso es para hacer las placas de dentadura, previamente elaboradas a partir de ebonita, creando la empresa
Hyatt Albany Dental
Plate Co. en el mismo año, cambiándolo a
Celluloid Manufacturing Co., en 1872.
Al parecer J. W.
Hyatt no fue el inventor de tal producto, si no que mejoró el fabricado por el inventor ingles
Alexander Parkes (1813-1890), que en 1861 patenta el
Parkesine, una solución de nitrocelulosa y nafta, cuya presentación en la Exposición Internacional de Londres de 1862 le hizo acreedor de la Medalla de Bronce, por la excelencia del producto.