Lo que comenzó siendo un rumor, agua lleva el río cuando suena, ha acabado por convertirse en una amarga y triste realidad: la Officina Meccanica Armando Simoni, conocida como OMAS, creada en 1925 por Armando Simoni, ha fallecido de muerte empresarial a los 90 años.
Creo, personalmente, que esta era una realidad cantada desde que en el año 2000 la multinacional francesa LVMH compró la empresa a Raffaella Simoni Malaguti y Gianluca Malaguti Simoni, hija y nieto del fundador, para convertirla así en la única compañía de fabricación de instrumentos de escritura dentro del conjunto de empresas perteneciente a LVMH, y se preparó el asalto al mercado del lujo de la empresa boloñesa.
En octubre de 2007, el Grupo Hengdeli Xinyu, de Hong Kong, compró el 90% de participación accionarial de OMAS. Xinyu tenía una alianza estratégica con LVMH y tenía previsto utilizar OMAS para su expansión de objetos de lujo en el mercado asiático.
En 2011 Omas fue vendida de nuevo, a otra empresa china, O-Luxe, y ésta decidió cerrar Omas en noviembre de 2015, entrando la empresa en liquidación voluntaria en enero de 2016, cesando toda actividad.
Omas fue una victima de las grandes empresas interesadas en la especulación y en el mundo del lujo. Dicen que era deficitaria, que estaba en bancarrota, pero…
No hay mas que ver algunas de sus últimas creaciones como Chianti, Montecristo, Cohiba, Pierre Jouet, Solaia y un largo etcétera que cualquiera puede conocer; creaciones de alto precio y de menor calidad que las que normalmente tenía la fabrica en sus estándares.
Asi pues, sigo pensando que la suerte de Omas era la “crónica de una muerte anunciada” desde hace bastante tiempo; para mi, desde que a los dos años de la adquisición por parte de LVMH, se retiró a Raffaella Simoni de la dirección de Omas, porque su forma de entender y defender la fabrica era contraria a la del grupo inversor.
Esperemos que vuelva a resurgir de sus cenizas, pero nada volverá a ser, como era, en el universo Omas.Asi pues, sigo pensando que la suerte de Omas era la “crónica de una muerte anunciada” desde hace bastante tiempo; para mi, desde que a los dos años de la adquisición por parte de LVMH, se retiró a Raffaella Simoni de la dirección de Omas, porque su forma de entender y defender la fabrica era contraria a la del grupo inversor.
¡Omas ha muerto!
¡¡Que viva Omas!!