jueves, 8 de diciembre de 2011

Oh, por Mario Benedetti

Damos paso a la cuarta entrega de las cinco que tenemos previstas publicar de un poema de la obra de Mario Benedetti titulado Poemas de la oficina (1953-1956), su primer gran éxito como escritor; a partir de la anodina existencia que se desarrolla en las oficinas, Benedetti rescata las pequeñas anécdotas, los sentíres mundanos de quienes durante muchas horas al día dejan su agudeza visual entre cifras y ordenes de algún jefecillo mediocre, de mezquina y gris vida burocrática y nos acerca a los pensamientos que vagan en busca de un lugar común, que es el de todos nosotros, haciéndonos partícipes de los sueños y anhelos que fluyen con la misma ligereza que la pluma se desliza por el papel.
Recordemos que cuando se publica esta obra Mario Benedetti atesoraba 22 largos años de vagar por diversas oficinas y es desde su propia experiencia que nos regala esos pensamientos, esos devaneos mentales que el convierte en magistrales poemas.
Algunos de ellos hablan de plumas, de escritura, de tinta… y eso los hace dignos de figurar en nuestra selección de textos.


Jefe
usté está aburrido
aburrido de veras
hace veintiocho años
que sabe sus asientos
que comprueba los saldos
y revuelve el café.

Está aburrido
jefe
se le nota en los ojos
en la voz
en las órdenes
en el paso
en las mangas
en los sesenta rubros
de letra redondilla.

Jefe
usté está aburrido
nadie lo sabe
nadie.

Pero ahora que está solo
ahora que no ven Ellos
desahóguese
grite
discuta
diga mierda
dé golpes en la mesa
vuélvase insoportable
por favor
diga no
diga no muchas veces
hasta quedarse ronco.

No cuesta nada
jefe
haga la prueba.