De la mano de Editorial SM, Fernando Lalana publicó en el año 1998 el libro juvenil titulado Ámsterdam Solitaire, que aún se sigue publicando.
En ella, el laureado escritor zaragozano nos relata el caso que acontece tras la reunión de cuatro grandes fabricantes europeos de plumas estilográficas, tras compartir unos días de descanso.
La creación de una única pluma que nadie pudiera comprar, aun teniendo todo el dinero del mundo; así ve la luz la Ámsterdam Solitaire, cuyo nombre nos recuerda a Montblanc; el día de la presentación mundial que se celebra en Zaragoza y pese a todas las medidas de seguridad creadas especialmente para esta pluma, la Amsterdam Solitaire es robada.
Rinde un homenaje a una tienda especializada de la capital maña haciendo aparecer su nombre junto a los de sus responsables: La Estilográfica Moderna y Martínez (José María) y su hijo Carlos, que se ven envueltos en una historia de misterio nacida de la mente del autor, que aprovecha la ocasión para dejarse ver en el texto, como “el cuentista de la barba”, según lo describe el detective Fermín Escartín, que será el responsable de la investigación del caso.
Además, se realiza un viaje a los lugares típicos de tapeo (Bonanza, Tony, Belanche, Casa Juanico, Pascualillo, Triana, Casa Almau, Taberna del Marrano), aliñados con finos toques de monumentos (Plaza del Pilar, Fuente de la Hispanidad…), que nos regala una visión del casco viejo de la ciudad.
Sus 161 páginas se leen fácilmente de un tirón, adentrándonos en el mundo de la fabricación, de las ediciones limitadas, de las envidias profesionales, de la creación, del embeleso de la juventud, y del sentido, como no, de la amistad llevada a sus más puros limites.