A caballo entre la Época Victoriana y la Eduardiana, la obra El Libro de los Niños de la inglesa Antonia Susan Byatt, editado en España por Lumen, rememora los años que van desde el final del Siglo XIX hasta el final de la I Guerra Mundial, cuando en la sociedad eclosionan los grupos de fabianos (que creían que por medio de la educación se accedería a la felicidad), anarquistas, socialistas, sufragistas…
En ella, Olive Wellwood, famosa escritora de cuentos infantiles que versan sobre hadas y elfos, vive rodeada de su familia en una casa en el campo; desde que nace cada uno de sus hijos, les va dedicando un cuento personal que va escribiendo a lo largo de los años, en un libro encuadernado expresamente para cada uno de ellos.
La educación de estos niños se lleva a cabo abandonando la rigidez de la estricta y rigurosa sociedad británica imperante hasta hacía poco, a la vez que tienen contactos con los adultos desde un plano más cercano.
Siendo el hilo conductor de la novela, Olive Wellwood no es protagonista principal del relato; este protagonismo se comparte entre adultos y niños, la lucha por los derechos de la mujer, el sexo… presente en todo momento y que nos deparará más de una sorpresa, ya que como ocurre en los cuentos de hadas, nada o casi nada, es lo que parece.
Hemos seleccionado algunas de las frases que aparecen en el texto sobre las plumas y la escritura, dejando el resto para que exploréis, por vosotros mismos, esta parte de la historia que nos abre las puertas a un mundo sumido en profundos cambios y que, en muchos aspectos, no conocemos bien.
“Escribiré. Emplearé la pluma. Escribiré para los periódicos. Escribiré libros. Aún puedo cambiar el mundo”
“Cogió la pluma y empezó a escribir en una página nueva”
“Nadie conoce mejor que yo el horror, esa sensación que hace que se le hiele a uno la sangre en las venas, de que alguien interrumpa el flujo de la escritura”
“Hasta que, un día, ella levantó la mano, sin soltar la pluma, y siguió el contorno de su boca con los dedos”
“…de que allí no había nadie capaz de poner la pluma sobre el papel, …”