domingo, 18 de noviembre de 2007

Reseña Historica del Cartucho

Es el sistema más utilizado hoy en día por la facilidad que representa el “usa y tira”, aunque se pierde también el halo “romántico” que conlleva el rito de la carga por otros medios.
Entre los factores a favor y en contra del uso del cartucho, aparte del anteriormente citado, tenemos:
La renuncia a la elección personal del color de tinta, a menos que rellenemos los cartuchos, con lo cual ya no estarían cerrados herméticamente y perderían esa facilidad añadida de la rapidez de carga y facilidad de transporte.
Por otro lado el precio de la tinta se dispara al ir en cartucho si se compara con el precio de un tintero.
Elimina problemas de depósito de posos de la tinta en el alimentador al no tener que atravesarlo dos veces, como sucede con otros sistemas de carga, si bien plantea otros como son la puesta en funcionamiento del flujo de tinta cuando se coloca un cartucho nuevo o el volumen de éste y las características del alimentador.
La limpieza con que recargamos tinta y que facilita el uso con rapidez ya que no tenemos que limpiar la boquilla tras la carga.
También ha posibilitado la fabricación de modelos más delgados y diferentes en diseño al no tener que albergar el interior del cuerpo ningún mecanismo.
La primera puesta en escena nos lleva a 1898 cuando J. Blair patenta un sistema donde una ampolla de vidrio contenía tinta en polvo; en una publicidad de 1902 de la marca americana Eagle se habla de una pluma que lleva una ampolla de vidrio unida al alimentador y anuncia los recambios a 23 céntimos de dólar la docena.
En los años 20 se publicita también una estilográfica de la marca americana John Hancok, pero no sería hasta 1927 que Jif-Waterman, la filial francesa, lo retoma aunque cae rápidamente en el olvido debido a los inconvenientes que acarrea: la colocación del repuesto es difícil y a su vez, en caso de caída de la estilográfica la rotura del vidrio está asegurada.
Pero sería nuevamente la Waterman francesa la que daría el impulso final al cartucho al fabricar uno de plástico que garantizaba la estanqueidad e irrompibilidad de la carga.
Corría el año 1953 cuando Jif-Waterman presenta la nueva línea C.F. (Cartridge Filler), cartucho de relleno, y pone en escena el cartucho, que poco a poco consigue conquistar el mercado, para imponerse prácticamente sobre todos los demás sistemas de carga hacia mediados de los años 60.