En la antigüedad también eran conocidas tintas de diversos colores, como la tinta roja llamada camma-piron, con la que se marcaban las letras A y B sobre las puertas de los tribunales, como nos dejó escrito Plutarco; otra tinta roja, el sacrum encaustum, era usada solo por los reyes que condenaban con la muerte la utilización de esta tinta por parte de sus súbditos, y que se preparaba a base de conchas pulverizadas, disueltas en agua.
Otras tintas estaban confeccionadas a base de múrex (un molusco) cocidos, con sangre de púrpura o con cinabrio interpuesto en agua, donde se mezclaba con madera de cedro; otras tenían por base el azul de Alejandría preparado con cobre, arena y nitro, que posiblemente fueron mezclados con colores vegetales.
Aunque no se usaban en tiempos de la República Romana, también fueron utilizadas las tintas a base de polvos metálicos, como el oro y la plata, tan frecuentemente empleados en la decoración de los Evangelios. Al parecer, las de oro eran preparadas interponiendo polvo de oro en vino con goma o albúmina.Así mismo parece que ya era conocido el uso de tintas simpáticas, pues Plinio usaba el látex de un genero de plantas llamado Tithymallus y Ovidio, en su "De arte amatoria", aconseja escribir con leche para descubrir más tarde lo escrito pasando por encima polvo de carbón.
La primera noticia de una tinta fabricada con hierro y tanino, nos la da el monje Teófilo en el siglo XI. En "Schedula diversarum artium" y dentro del capitulo encaustum se indica cómo se puede obtener un liquido apropiado para la escritura, con el extracto de la corteza de algunas plantas, seco, pulverizado y mezclado con vitriolo verde.
Así mismo nos relata el modo de fabricar tintas de oro, plata, cobre y latón, mezclando el polvo de los diversos metales o aleaciones con cola, cocimientos de nuez de agallas y sales o con goma arábiga, vinagre, vino y agua. Nos habla también de tintas de color con minio, cerusa, carmín o negro de España mezclados con goma, vino, albúmina de huevo o zumos vegetales.
También Alberto el Magno (1193 - 1280), en la obra "De rebus metallicis", indica la formula de una tinta preparada con vitriolo.
En un códice de 1412, se explica la elaboración de tinta mezclando nueces de agallas en polvo con agua o cerveza y añadiendo cierta cantidad de vitriolo (bonus encaustus).
En "Liber illuministarum" (1500) se da la siguiente formula para la preparación de tinta:
Integra sit galle, media sit uncia gummi.
Vitriolo quarta. Apponas octo falerni.
Contemporáneamente, aparecen las formulas para la preparación de tintas coloreadas, rojas, verdes, de oro y de plata.