domingo, 20 de mayo de 2007

Reseña historica de la Tinta (III)

El profesor de Medicina y Matemáticas en Milán, Jerónimo Cardán, nos indica en sus obras "De subtilitate" y "De rerum varietate", la composición, propiedades y métodos de preparación de las tintas, que nos hace saber debe ser fluida, consistente, negra y brillante.

Las nueces de agallas, que sirven para tal fin, no solo tiene la propiedad de dar coloración negra con el vitriolo, sino que además le dan la consistencia que debe tener; nos explica también de las tintas en polvo útiles para viajes y de tintas verde, roja,azul y oro.

Jerónimo Ruscelli en "De secretis libri septem" (Basilea, 1557) nos da formulas para la fabricación de tintas negras, de color y de oro. Para la negra, propone la mezcla ya conocida de cocimiento de nueces de agalla en vino blanco, con vitriolo y goma; para las de color, recomienda el palo de Brasil, óxido de estaño y purpurina; para las de oro y plata, estos metales pulverizados o para que resulte más económico, pigmento áurico, azufre, estaño y mercurio.

Nos relata también un curioso procedimiento para hacer reaparecer los escritos antigua o borrados, consistente en hacer una infusión de nueces de agallas en vino blanco, destilando después el agua y este destilado usarlo para humedecer los caracteres desaparecidos, que así quedarían facilmente legibles.

En lo referente a las tintas simpáticas, es de gran interés lo que nos cuenta Juan Bautista Porta en el libro "Magiae naturalis libri viginti" (1567). Nos cita la reacción de las nueces de agallas para revelar sobre el papel los caracteres trazados con una solución de vitriolo; enumera diversos tipos de plantas que tienen la particularidad de hacerse visibles por el calor; una tinta incolora que se mantiene blanca cuando se quema el papel o que se descubre cuando lo escrito se espolvorea con polvo negro adherente.

Wecker, medico de Basilea en su libro "De secretis" (1582), indica la preparación de una tinta indeleble con negro de humo y aceite de linaza.

Pedro Canepario, de Venecia, en "De atramentis cujuscumque generis" (1619), prepara la tinta negra con nueces de agallas y vitriolo, y tintas de color con jugos vegetales y goma, y nos reproduce el verso de un poeta anónimo:

Sic atramentum tu Scriptor confice crudum,
Vitrioli quarta, media sit uncia gummi.
Integra sit galla, super addas octo falerni.
Noctibus ista tribus confecta, sereno.
Saepius ista misce, demumque colata repone.


También recuerda un estribillo popular:

Una, due, tre e trenta
a far la bona tenta.


es decir, 1 parte de goma, 2 de vitriolo, 3 de agallas y 30 de agua.

También nos aconseja para las tintas de color el uso de la indigotina, palo de Brasil, colores violetas, diversas lacas y colores minerales. Fue el primero que añadió azúcar a la tinta para darle brillantez y adherencia.