miércoles, 22 de abril de 2009

La escritura, por Jaume Lluciá Antoni Balmes i Urpiá

Presentamos un texto del filósofo y teólogo español Jaume Lluciá Antoni Balmes i Urpiá (Jaime Balmes Urpiá), (1810 – 1848), que fue además sociólogo y político, y que tuvo mucha influencia en personajes como Marcelino Menéndez Pelayo, Enrique Gil Robles, Juan Vázquez de Mella, y José Antonio Primo de Rivera.
En este trabajo expone la importancia de la escritura.


“La escritura es la ampliación de la palabra; es la palabra misma triunfando del espacio y del tiempo. Con la escritura no hay distancias. Un hombre retirado en un ángulo del mundo concibe una idea, y hace un signo en una hoja deleznable; el hombre muere desconocido; el viento esparce sus cenizas antes que se haya descubierto su ignorada tumba.
Y sin embargo, la idea vuela por toda la redondez del globo, y se conserva intacta a través de la corriente de los siglos, entre las revoluciones de los imperios, entre las catástrofes en que se hunden los palacios de los monarcas, en que perecen las familias más ilustres, en que pueblos enteros son borrados de la faz de la tierra, en que pasan sin dejar memoria de sí, tantas cosas que se apellidan grandes.
Y el pensamiento del mortal desconocido se conserva aún, el signo se perpetúa, los pedazos de la débil hoja se salvan y en ella está el misterioso signo donde la mano del oscuro mortal envolvió sus ideas y la transmitió al mundo entero en todas sus generaciones.
Tal vez el desgraciado perecía como Camoens, en la mayor miseria; su voz moribunda se exhalaba sin un testigo que le consolase; tal vez trazaba aquellos signos a la escasa luz de un calabozo.
¡Qué importa!, desde un cuerpo tan débil su espíritu domina la tierra; la voz que no quieren oír sus enfermeros o carceleros, la oirá la humanidad en los siglos futuros. Esto hace la escritura. ¡Cuán débiles somos y cuan grandes en nuestra debilidad!”