En el año 2005, Montblanc saca a la venta la Edición Limitada Miguel de Cervantes Saavedra (solo 17.000 estilográficas de nada); hasta ahí... lo acostumbrado.Pero he aquí, querido lector, que (gustos a parte), llega a mis manos amorosas y trémulas por acariciarla, una estilográfica Montblanc dedicada a un celebre personaje de las letras hispanas (gustos a parte).
Procedo a quitar el capuchón, y casi se me cae de las manos la pluma en cuestión!!!
HORROR DE LOS HORRORES!!
HORROR DE LOS ERRORES!!
Que me ha pasado? Acaso estoy tonto, o qué?
NO, NO, NO!!
Mis ojos, empañados por las lágrimas, observan absortos e incrédulos el maravilloso plumín con un molino ¿HOLANDÉS?!!, ¿ALEMÁN?"!!
No puede ser!! me digo perdido ante el nuevo error garrafal del equipo de diseño de Montblanc; NO PUEDE SER!!
Pues si, ya lo creo que si.
En la imagen adjunta se puede observar el plumín de la Montblanc Cervantes junto al plumín de la Delta D. Quijote, que si que nos recuerda a un molino de la Mancha, territorio de las correrías del sin par héroe cervantino.
Coloco de nuevo el capuchón en la estilográfica, se la devuelvo al dependiente, le doy mis más sinceras gracias y salgo como alma que lleva el diablo, apenado una vez más por la falta de rigor del equipo de diseño de Montblanc.
Si en 1996, les pasaron por alto el desliz con la Alejandro Dumas, con esta segunda ocasión, deberían mandarlos a todos a remar en las galeras... eso, como mínimo.