Aunque relata el momento de la escritura con pluma de ave, se podría trasladar a nuestros días sin ninguna duda, este pasaje que Francesco Petrarca, poeta y humanista, escribe desde Padua a su amigo Boccacio, también escritor y humanista:
"No hay nada que pese menos que una pluma y que deleite más; los demás placeres desvanecen o, deleitando, hacen daño; la pluma, apretada entre los dedos, causa placer y, en descanso, causa satisfacción y le es útil no solo a quien se sirve de ella, sino también a muchos otros, incluso, tal vez, a aquellos que nacerán después de mil años."